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El blog de la FAME


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Deshacerse de los hábitos nocivos en el embarazo

El consumo de ciertas sustancias, aunque aceptado en nuestra sociedad, puede tener una importante repercusión en nuestra salud y, en el caso de las embarazadas, influencia en el curso de la gestación y del feto.

Tabaco

El consumo de tabaco constituye un problema de salud muy importante, debido a la asociación de su consumo con la aparición de muchas de las enfermedades más prevalentes en nuestra sociedad: cáncer, enfermedades respiratorias, etc. En el embarazo resulta especialmente importante poner atención a su consumo, ya que puede influir en la salud de la criatura de manera importante. Así, podemos encontrar que el consumo de esta sustancia está relacionada con  mayor incidencia de bajo peso al nacimiento, aborto espontáneo y parto prematuro, entre otras.

En lo que se refiere específicamente al peso de la criatura, existe una relación inversa entre la cantidad de consumo y menor ganancia ponderal. No obstante, si el hábito tabáquico se abandona durante los primeros 4 meses de embarazo, el peso de la criatura no se vería afectado y sería similar al de las criaturas cuyas madres no son fumadoras. También es interesante tener en cuenta la asociación entre el síndrome de la muerte súbita del lactante y el tabaco, ya que aumenta el riesgo de que la criatura lo sufra.

Cafeína

Para la población general, tomar cafeína en cantidades superiores a 300 mg —el equivalente a de media, a dos o tres tazas de café al día— puede ser perjudicial. Asimismo, también lo es para parejas que buscan descendencia o para las mujeres embarazadas, ya que su consumo elevado se ha relacionado con problemas de fertilidad, mayor riesgo de aborto, de bebés de bajo peso y de partos prematuros.

No está estimada la cantidad de cafeína que se considera «inocua», por lo que la recomendación general es que se consuma la menor cantidad posible.

A la hora de tener en cuenta los miligramos de cafeína consumida, debemos saber que está presente en gran gran cantidad de alimentos, fundamentalmente refrescos y bebidas energéticas. 

Alcohol

El alcohol es una de las sustancias más peligrosas para la futura criatura, ya que produce secuelas que se pueden manifestar en el momento del nacimiento o en el desarrollo posterior. Es, en nuestra sociedad, la primera causa no genética de retraso mental. Se ha descrito un síndrome específicamente relacionado con el consumo alto de alcohol, el llamado Síndrome de Alcoholismo Fetal, que se caracteriza por por una serie de malformaciones faciales, cardíacas, y de otras vísceras, además por un retraso psicomotor. En la mayoría de las ocasiones, lo que se manifiestan son defectos relacionados con dicho síndrome de manera aislada, lo que llamamos «trastornos relacionados con el síndrome alcohólico fetal».

Este síndrome puede tener repercusión tanto en la infancia como en la adolescencia y la adultez. Los estudios lo relacionan con mayor incidencia de cuadros epilépticos, déficit de atención con o sin hiperactividad, autismo y trastorno generalizado del desarrollo y el aprendizaje, trastornos de la personalidad y adicciones a drogas, entre otros.

Tu matrona te ayuda

En el seguimiento del embarazo, la matrona recogerá la información referente al consumo de estas sustancias; si has pensado en reducir o eliminar su consumo puedes buscar su consejo y apoyo para un mayor nivel de salud para ti y tu bebé.

Julita Fernández Arranz, comadrona en HGU Gregorio Marañón

http://www.aquanatal.es