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¿Puedo vacunarme estando embarazada?

El debate está abierto en torno a la vacunación de las embarazadas. En algunas enfermedades la vacunación de la madre es especialmente importante porque es la forma que tiene de suministrarle a la futura criatura los anticuerpos necesarios para que esté protegida durante sus primeros meses de vida.

La Federación de Matronas de España (FAME) está trabajando con la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad para conseguir que las mujeres embarazadas que lo requieran estén correctamente inmunizadas, y, por tanto, que se pueda proteger también al feto. Por eso consideramos que es fundamental una buena información para que las mujeres embarazadas puedan decidir sobre su vacunación.

Antes del embarazo

Lo ideal es que antes de quedarse embarazada la mujer compruebe si está bien vacunada. En esto puede ayudarle la matrona si realiza la visita preconcepcional. Este es el momento para hablar de aspectos como el ejercicio, la alimentación y el estado inmunitario, cuestiones que conviene saber si se va a planificar un embarazo. El objetivo es que la mujer llegue al embarazo inmunizada contra la «rubéola [cuya vacuna también incluye protección contra las paperas y el sarampión] y, si no ha pasado la enfermedad, contra la varicela». «La infección por rubéola en una mujer embarazada puede causar serios problemas en el feto con consecuencias para toda la vida».

Es importante resaltar que estas dos vacunas están elaboradas con virus vivos, que están contraindicadas durante el embarazo, por tanto, desde que se administran hasta que se produce el embarazo, deben pasar al menos 4 semanas (según los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades, CDC).

Especialmente indicadas durante el embarazo

Aunque desde los CDC explican que las vacunas que necesite la futura madre dependerán de «su edad, su estilo de vida y sus condiciones médicas», lo cierto es que existen dos inmunizaciones inactivadas (elaboradas con virus muertos) que están especialmente indicadas durante la gestación.

La primera es la de la gripe, que se aconseja administrar siempre que el embarazo se produzca durante el período de circulación del virus, es decir, entre diciembre y marzo. Las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a las infecciones por gripe y si la contraen pueden tener episodios más graves de lo normal. Así, a las gestantes se les indicaría vacunarse durante la campaña de vacunación contra la enfermedad, que suele tener lugar entre octubre y diciembre. De este modo, además de protegerse a sí mismas, estarán haciendo lo propio con su futuro bebé.

La segunda es la vacuna combinada contra la tos ferina, que además de proteger contra esta enfermedad, también protege contra la difteria y el tétanos (Tdpa). Esta vacuna se administra combinada porque no existe una vacuna que proteja exclusivamente contra la tos ferina. Estaría indicada entre las semanas 27 y 36 del embarazo. Esta es la medida más eficaz para proteger al recién nacido contra esta enfermedad, cuya incidencia en los últimos años ha aumentado incluso en países en los que la cobertura de vacunación para dicha enfermedad es elevada.

La vacuna combinada de la tos ferina cumple dos finalidades. La primera es que la madre no contraiga la enfermedad —evitando así contagiar al bebé—, y la segunda es que a través de la placenta le pase anticuerpos al feto que lo protegerán hasta que pueda vacunarse a los dos meses.

Opcionales durante el embarazo

Las dos vacunas citadas anteriormente son las inmunizaciones más importantes y recomendadas especialmente durante el embarazo. A partir de ahí, hay otras que se deberían valorar en función de la historia clínica de la mujer (estilo de vida, factores de riesgo, edad, etc.).

Una vacuna a valorar es la de la hepatitis B, que sólo se tine que poner si la embarazada tiene riesgo de contraer la enfermedad (por ejemplo, si se ha pinchado con una aguja de una persona que padece hepatitis B, si convive con personas infectadas por esta dolencia, es usuaria de drogas por vía parenteral, etc.)

Lo mismo pasa con la inmunización frente a la hepatitis A, que está indicada en situaciones de riesgo de contagio para la embarazada, como son la administración de drogas por vía parenteral, los viajes a zonas endémicas de la enfermedad, si existen patologías que aumenten el riesgo de complicación de la hepatitis A —como las enfermedades hepáticas crónicas—.

Igualmente, en función del estado inmunológico de la mujer, también habrá que valorar la inmunización contra el tétanos.

A considerar en caso de viajar

Finalmente, si la gestante va a viajar a otros países, la administración de las posibles vacunas necesarias debería realizarse al menos cuatro o seis semanas antes del viaje. Por supuesto, siempre debe consultarse antes con personal sanitario especializado que asesore y valore la conveniencia o no de administrar determinadas vacunas.

En resumen, estos son los puntos principales que conviene tener en cuenta sobre las vacunas durante el embarazo:

  • Las vacunas pueden ayudar a proteger tu salud y la de tu criatura contra ciertas infecciones.
  • No todas las vacunas son seguras durante el embarazo. Es importante consultar con un profesional de la salud para confirmarlo.
  • Es importante verificar que estás bien vacunada antes de pensar en quedarte embarazada.

Mayte Villar Varela, Secretaria de la FAME