Es probable que conozcas alguna mujer que haya usado la bañera durante su parto. Sumergirse en agua caliente durante el parto presenta ventajas demostradas en cuanto a la flotabilidad y la amplitud de los movimientos, la relajación y el alivio del dolor, la liberación de oxitocina (responsable de las contracciones) y serotonina (hormona de la felicidad), la oxigenación del bebé y la efectividad de las contracciones.
El parto en el agua fue impulsado principalmente por movimientos como el “Birth Whithout Violence” o “Nacer Sin Violencia” de 1975, que luchaba por un parto más humanizado. El primer nacimiento en el agua documentado en Europa tuvo lugar en Francia en 1805.
¿Por qué esta opción?
En España, el Ministerio de Sanidad recomendó en la Estrategia de atención al parto normal del 2010 la inmersión en agua caliente durante la dilatación.
Los beneficios se explican mejor separando las etapas del parto:
- Acelera la dilatación y disminuye la necesidad de oxitocina externa.
- Disminuye los traumatismos perineales en el expulsivo, la necesidad de episiotomías y del uso de analgesia.
- No hay estudios suficientes que recomienden la expulsión de la placenta dentro del agua.
¿Cómo hacerlo?
Hospitales de distintas comunidades autónomas ofrecen esta posibilidad. Debemos tener en cuenta que se deben cumplir unos criterios que dependen de cada hospital, pero los básicos son los siguientes:
- Gestación de bajo riesgo entre la semana 37 y 42.
- Acompañamiento continúo.
- Opción de monitorizar al bebé y las contracciones dentro del agua.
- Algunos hospitales recomiendan los 4 cm de dilatación, y otros 5-6 cm.
- No se suele restringir su uso en caso de rotura de bolsa o el exudado vagino-rectal positivo.
Algunos hospitales ofrecen la bañera para la dilatación y otros ofrecen el nacimiento dentro del agua. El recién nacido puede tardar algún segundo más en adaptarse a la vida fuera del útero, pero gracias al reflejo de buceo, no aspira agua y es capaz de comenzar a respirar y experimentar los primeros reflejos dentro del agua.
Conseguir el nacimiento en el agua no es el objetivo final del uso del agua durante el parto; sino conseguir aliviar el dolor y aprovechar las ventajas que ofrece, entre las cuales destacan la satisfacción de la mujeres que lo han experimentado. Pídele información a tu matrona; no tengas una idea fija de tu parto, contempla las alternativas y elije la que más cómoda te haga sentir.
Lidia Sanz Durán, Residente de matrona Hospital 12 de Octubre