Matronas y tú

El blog de la FAME


Deja un comentario

Menopausia y salud vaginal

Como hemos comentado anteriormente, la menopausia es una etapa fisiológica de la vida que no puede ser considerada una enfermedad. Algunas mujeres tienen una transición asintomática y otras experimentan síntomas que pueden comenzar antes del cese de la menstruación y prolongarse en el tiempo. Son muchos los cambios que culturalmente se asocian a esta época, pero los únicos realmente demostrados por la ciencia son las molestias vaginales y los sofocos.

Posibles cambios vaginales

La vagina es el órgano con mayor concentración de receptores de estrógenos, y la disminución hormonal propia de la menopausia a menudo origina a corto-medio plazo esta sintomatología. Los niveles de estrógenos influyen sobre las condiciones de humedad, el pH y la composición del flujo vaginal, y también regulan la circulación sanguínea de la vagina, que disminuye paralelamente dando lugar a unos cambios que afectan a las paredes y al medio. Estos cambios hacen que la vagina sea más vulnerable a la infección, y también se ven afectados la esfera sexual, la sintomatología urinaria y los sistemas de sostén del suelo pélvico. A continuación se muestran algunos de los signos que puedes notar:

  • Sequedad genital y atrofia de labios menores.
  • Menor lubricación durante la actividad sexual.
  • Dolor o sangrado durante el coito.
  • Irritación, ardor y picor de vulva o vagina.
  • Molestias al orinar e infecciones recurrentes.
  • Palidez, eritema o fisuras genitales.
  • Fragilidad y pérdida de rugosidad del tejido vaginal.
  • Disminución del grado de excitación, del deseo sexual y del orgasmo.

En España esto ocurre al 21 % de mujeres que se encuentran próximas a la menopausia, al 25 % de las mujeres con menopausia desde hace un año, al 32 % de las mujeres con menopausia desde hace 2 años y al 47 % de las mujeres a los 3 años de la menopausia.

¿Cómo cuidarnos?

Mejorar el estilo de vida se considera prioritario.

El consumo de tabaco y la obesidad predisponen a un deterioro de la salud vaginal. Por el contrario, realizar ejercicio físico es positivo.

Además, las mujeres que mantienen relaciones sexuales —con o sin pareja, a través del coito o la estimulación— presentan menos síntomas. Mantener una vida sexual activa mejora la elasticidad del tejido y la lubricación. Los cambios biológicos de esta época no impiden el mantenimiento de una sexualidad activa, afectiva e imaginativa; todo ello depende del aprendizaje, la actitud y las experiencias vividas por la mujer.

¿Qué hacer si me pasa?

En la actualidad la mayoría de mujeres no buscan ayuda ya que no reciben demasiada información por parte de los profesionales sanitarios, están poco familiarizadas con estos síntomas en comparación con los sofocos, y aceptan la sintomatología como parte natural del envejecimiento.

Desde Matronas y Tú te animamos a que lo hables con tu matrona, ella te informará de los síntomas y otras posibles opciones de tratamiento. La matrona es el profesional sanitario de referencia para atender aspectos relacionados con la salud sexual y reproductiva de la mujer; estamos especialmente formadas en salud vaginal, proporcionamos información en sexualidad saludable, contribuyendo a la reflexión sobre creencias y actitudes, y mejorando la vivencia de la sexualidad durante los diferentes momentos de la vida.

¡Aprende a cuidar tu salud vaginal durante la menopausia!

Lucía Martínez Villarejo, matrona del Centro de salud Goya, Madrid.

 


2 comentarios

Fitoestrógenos: hormonas naturales para la menopausia

En la actualidad, el climaterio y la menopausia son aspectos muy importantes. El gran interés que despiertan se debe al incremento exponencial del número de mujeres climatéricas a causa de la prolongación de la vida media de la mujer. Actualmente la esperanza de vida de la mujer es de 85,6 años según el INE. Por lo que hoy en día la mujer vive más de un tercio de su vida en esta etapa.

La menopausia se produce como consecuencia de la disminución de la producción de óvulos en los ovarios, lo cual conlleva una reducción de los niveles de estrógenos y progesterona. Debido a la reducción de los niveles de estas hormonas, la mujer experimenta cambios tanto a nivel físico como psicológico.

Para evitar que los cambios sean tan bruscos, algunos médicos recomiendan consumir algún tipo de hormona química. Sin embargo, no en todos los casos son aconsejables, y por eso hoy hablaremos de los fitoestrógenos.

Durante miles de años las mujeres han recurrido a la madre naturaleza para mantener sanos a los miembros de la familia. Actualmente, los estudios científicos objetivos están ampliando esta sabiduría intuitiva, confirmando lo que las mujeres sabias han sabido siempre, que las plantas contienen una amplia variedad de ingredientes —ácidos grasos esenciales, fitoestrógenos y antioxidantes— que nos sanan y contribuyen a mantenernos sanos en todas las fases de nuestra vida, incluidas la menopausia y el climaterio.

Los fitoestrógenos son compuestos químicos no esteroideos de origen natural que se encuentran en más de trescientos productos vegetales, entre ellos algunos que se consumen habitualmente, como la patata, la zanahoria o la manzana. Las semillas de lino y la soja son particularmente ricas en estas sustancias.

La actividad estrogénica de los fitoestrógenos es menor que la de los estrógenos humanos. Igual que los estrógenos, los fitoestrógenos se unen a los receptores estrogénicos de todo el organismo. Dichos receptores están presentes en las superficies de casi todas las células del cuerpo. Cuando se unen ejercen un efecto equilibrador, lo que significa que si el nivel de estrógenos es bajo, tendrán un efecto estrogénico. En cambio, si el nivel de estrógenos es alto, bloquearán a los estrógenos más potentes.

Los fitoestrógenos no estimulan el desarrollo de los tejidos sensibles a los estrógenos, como el de las mamas o el útero. De hecho, se ha comprobado que inhiben los tumores de mama.

Aunque son muchos los alimentos que contienen fitoestrógenos, vamos a hablar principalmente de las semillas de lino y de la soja.

Semillas de lino

Propiedades:

  • Efectos anticancerígenos: debido a la capacidad reguladora de la producción, la disponibilidad y la acción de las hormonas que produce el cuerpo, se pueden utilizar en la prevención y el tratamiento del cáncer de mama y de colón.
  • Potentes fitoestrógenos: disminuyen la sintomatología climatérica.
  • Antioxidantes: tienen propiedades antivíricas, antibacterianas y antioxidantes, y previenen el daño a nivel celular asociado con el envejecimiento y la enfermedad.
  • Protegen el sistema cardiovascular: disminuyen de modo importante el colesterol malo (LDL), aumentan el colesterol bueno (HDL) y reducen la incidencia de ateroesclerosis.
  • Excelente fuente de fibra.
  • Excelente fuente de grasa omega-3, si están recién molidas.

Cómo consumir las semillas de lino:

Aunque se recomienda consumir semillas de lino doradas por su alto contenido en omega-3 y su buen sabor, las semillas marrones también tienen todos los beneficios nutritivos. Para obtener mejores resultados toma ¼ de taza de semillas recién molidas de tres a siete días a la semana y añádelas a tu comida.

Soja

La investigación médica está confirmando que el consumo regular de proteínas de soja disminuye la frecuencia y la intensidad de los sofocos y otros síntomas climatéricos. A muchas mujeres perimenopáusicas les ha mejorado la piel, el pelo y las uñas, y a muchas se les ha restablecido la humedad vaginal al grado normal. También se ha demostrado que va bien para las mujeres que sufren cambios de humor, síntomas premenstruales, jaquecas, reglas irregulares y aumento de peso. Asimismo, el consumo de soja disminuye la pérdida de calcio a través de los riñones, tiene un efecto inhibidor de trastornos intestinales inflamatorios, y podría reducir el riesgo de padecer cáncer de colón. Además, reduce el riesgo de sufrir cáncer de mama y de endometrio debido a su efecto antiproliferante.

A nivel del corazón, se ha demostrado que el consumo de soja reduce el colesterol LDL, el colesterol total, los triglicéridos y los indicadores de riesgo cardiovascular.

En los huesos, la proteína de la soja ha revelado una propiedad de formar hueso que los estrógenos no tienen.

Cómo consumir soja:

Los estudios sugieren que la mayoría de las mujeres necesitan entre 100 y 160 mg de isoflavonas de soja diarios para conseguir un alivio importante de los síntomas menopáusicos.

Cada una de las raciones siguientes contienen de 35 a 60 mg de isoflavonas de soja: 1 taza de leche de soja, ½ taza de tofu, ½ taza de tempeh, ½ taza de granos de soja, 3 puñados de granos de soja tostados.

Noelia Renedo Cófreces, matrona del Complejo Asistencial Universitario de Palencia


1 comentario

Sexualidad y menopausia

En posts anteriores hemos abordado temas como la menopausia y la sexualidad individualmente. ¿Pero qué sucede cuando unimos estos dos términos en un mismo titular? ¿Qué tiene de especial la vivencia de ambos conceptos para una misma mujer?

Como cada etapa de la vida del ser humano, la menopausia en la mujer supone una serie de cambios físicos y emocionales. Por la edad en la que se produce este fenómeno (entre los 45 y 55 años, y en nuestro país, de media, a los 51 años), también va acompañado de ciertos cambios en la esfera familiar, laboral y social de la mujer. Todo esto implica adaptaciones y cambios en muchos aspectos de la vida. Unos llegan poco a poco, y otros llegan sin previo aviso, pero lo cierto es que a la menopausia llegamos de forma gradual y natural; forma parte de la evolución natural del ciclo femenino. Es el fin de la fertilidad pero no el fin de la sexualidad.

Como referíamos en el post anterior sobre la sexualidad, esta es más que una práctica concreta. La sexualidad es sobre todo una vivencia, con aspectos físicos y emocionales que tiñen de colores diferentes las experiencias individuales.

Lo que creemos sobre la sexualidad en la menopausia está condicionado por nuestras expectativas, nuestras creencias y nuestra historia sexual previa. Tradicionalmente en nuestra cultura se ha asociado sexualidad y fertilidad. Al terminar la capacidad de engendrar, se ha generalizado la creencia de que en esta etapa disminuyen el deseo y la actividad sexual en la mujer. Sin embargo, los últimos estudios al respecto dicen que no es así. La capacidad para disfrutar de la sexualidad es independiente de nuestra fertilidad.

Muchos estudios han demostrado que la mayoría de mujeres felices y sanas no experimentan una disminución del deseo ni de su capacidad para disfrutar o llegar al orgasmo por el simple hecho de atravesar la menopausia. Hay mujeres que se sienten liberadas del miedo al embarazo y descubren en estos momentos una sexualidad más libre y más espontánea. Sin embargo, otras mujeres experimentan una disminución de su deseo de forma temporal.

Los aspectos que sí tienen mucho peso en la vivencia de la sexualidad son, por ejemplo, si la mujer se siente cómoda con su propio cuerpo y su sexualidad, la satisfacción de la mujer con su pareja, su actitud ante el envejecimiento, su historia sexual, y su salud mental y física general.

En caso de tener hijos, esta es también la etapa de la vida en que ya han crecido, algunos se van de casa o simplemente son mas autónomos y sus demandas de cuidados cambian. La pareja se rencuentra tras años de convivencia, pero, a veces, de poca relación de intimidad emocional. Ambos miembros de la pareja tienen que redefinir sus papeles en la sociedad, en el trabajo y en su propia familia. Todo esto supone un gran reto emocional que condiciona nuestras vivencias en todos los aspectos de nuestra vida, incluida la sexualidad. No olvidemos que la sexualidad es una forma de comunicación con nosotros mismos. En el marco de la pareja, es un idioma que hablan dos personas. Si el canal emocional está roto, la comunicación se dará sin comprensión y sin sintonía.

Es cierto que existen algunos síntomas físicos asociados al cese de la actividad del ovario y la producción de estrógenos. Uno de ellos son los sofocos, que alteran el sueño y, por lo tanto, afectan el estado de ánimo y la sensación de cansancio. La sequedad vaginal es el otro enemigo de la satisfacción sexual. La disminución del grosor de las paredes vaginales y la disminución de la lubricación produce disconfort y muchas veces dolor de la penetración. Esto genera una actitud de miedo y evitación ante el encuentro sexual y, por lo tanto, genera distanciamiento y, a su vez, sentimientos de culpa o de tristeza en la mujer. Si bien es cierto que la sexualidad es mucho más que penetración, esta es una parte importante en la sexualidad de muchas parejas.

Disponemos de recursos a nuestro alcance para aliviar estos síntomas. Los estudios disponibles confirman que la propia actividad sexual, entendida ampliamente más allá del coito, ya sea en pareja o individual, mejora la elasticidad del tejido y la lubricación por aumento del flujo sanguíneo vaginal. Además, existen en el mercado geles vaginales que, usados diariamente, aportan mayor humedad y confort a la zona vaginal. Estos mismos, así como otros lubricantes específicos, tales como los lubricantes de base de silicona, que son más densos, resbalan más y ayudan más a la lubricación porque no se secan, se pueden usar también para el momento de la penetración. Estos últimos se pueden encontrar con efecto calor o frío (los cambios térmicos pueden ser estimulantes locales de las sensaciones placenteras) y también con sabores y olores diferentes. Uno de los grandes afrodisíacos es la fantasía y el juego, este es un momento más para explorar.

En casos excepcionales también se podrían utilizar preparados en comprimidos, parches y anillos vaginales que contienen pequeñas dosis de estrógenos o medicamentos parecidos que alivian los síntomas, mejorando los sofocos y la sequedad vaginal. Consulta con tu matrona, ginecólogo o médico de familia para valorar si en tu caso es recomendable el uso de estos productos por un pequeño espacio de tiempo.

En algunas ocasiones el problema físico lo presenta, en las parejas heterosexuales, la salud del compañero sexual. Ciertas enfermedades o medicaciones provocan problemas de erección y de disminución de la líbido. Es importante de nuevo una buena comunicación y abordarlo con el médico de familia o matrona para que puedan orientaros en la búsqueda de posibles soluciones.

Recuerda que cada etapa supone un reto y una oportunidad de descubrirse y conocerse. Durante el tiempo que rodea la menopausia, la matrona también puede acompañarte y orientarte mientras se produce esta nueva adaptación.

Francisca Postigo Mota, matrona del Centro de Salud de Cieza Este (Murcia)


1 comentario

Climaterio y menopausia: ¿En qué se diferencian?

Existe mucha confusión con estos dos términos. Mientras que el climaterio es una etapa de la vida que fácilmente puede durar años, la menopausia es un momento puntual en la vida de la mujer que se define a posteriori de su aparición.

El climaterio se produce por una disminución progresiva de la producción de estrógenos y un declive de función ovárica, y es una etapa que puede tener repercusiones en todas las esferas de la vida de la mujer.

Las manifestaciones que acompañan esta etapa a nivel físico pueden ser de muy diversa índole, y los desarreglos menstruales son los más frecuentes. Gran parte de estas mujeres comienzan a tener ciclos más cortos, con la aparición de sangrados más abundantes y/o frecuentes para posteriormente tener ciclos cada vez menos frecuentes hasta el cese definitivo de la menstruación.

Otro de los síntomas más referidos por las mujeres son los de tipo vasomotor, más conocidos como sofocos. La disminución de estrógenos tiene efectos sobre el hipotálamo, que también se ocupa del control de la temperatura. Las mujeres sienten un calor intenso que puede venir acompañado de sudoración, palpitaciones y rubor, cuya intensidad varía según la mujer.

Las manifestaciones en la sexualidad suelen ser frecuentes y suelen aparecer en forma de molestias en las relaciones coitales (dispareunia), disminución del deseo o problemas en la fase de excitación. Estos síntomas también van frecuentemente acompañados de problemas de lubricación y sequedad vaginal. Estos síntomas suelen empeorar conforme pasa el tiempo.

A nivel psicológico es frecuente la aparición de insomnio, nerviosismo, ansiedad y otros síntomas como depresión y tristeza, muy ligados a la significación que tiene para algunas mujeres la aparición de esta etapa con ideas como dejar de ser fértil, o cambios vitales como la emancipación de los hijos del hogar.

Insertado en este periodo, está la menopausia, que se define como la última menstruación de la mujer. Dado que en el climaterio muchas mujeres, tal como hemos mencionado, tienen desarreglos con sus menstruaciones, el momento de la menopausia ha de ser definido en la mayoría de los casos una vez ya ha ocurrido, cuando se comprueba que la regla ha cesado de manera definitiva. Según la OMS, se establece con 12 meses de amenorrea. Según la Federación Internacional de Obstetricia y Ginecología (FIGO), son suficientes 6 meses de amenorrea para establecerla.

Tipos de menopausia

  1. Espontánea: producida por el cese fisiológico gradual y progresivo de la función ovárica que ocurre alrededor de los 50 años de edad.
  2. Artificial: producida por el cese de la función ovárica por cirugía, radioterapia o tratamientos médicos.
  3. Precoz: causada por insuficiencia ovárica primaria, en los 5 años anteriores a la edad considerada como habitual en cada país. Según la OMS y la FIGO, en menores de 45 años.
  4. Tardía: cuando se produce en los 5 años posteriores a la edad considerada habitual en cada país. Según algunos autores, en mujeres mayores de 55 años.

¿Es el declive de la mujer?

Rotundamente no. Ambos términos definen una fase más en la vida sexual y reproductiva de la mujer y deberían ser verse desde un punto de vista positivo. Muchas mujeres ven la menopausia como liberadora, ya que pueden disfrutar más de su vida sexual sin temor a un embarazo. Cuidarse adecuadamente ayudará a que la mujer se encuentre plena y mantendrá su estado de salud. mantener hábitos como realizar deporte, no fumar y no consumir café en exceso, realizar las revisiones correspondientes y tener una alimentación adecuada son algunos de los factores que contribuirán a que la mujer se sienta mejor.

¿Quieres más información? Consulta a tu matrona, ella es la especialista en el cuidado de la salud sexual y reproductiva de las mujeres y puede asesorarte de la manera más adecuada, personalizando según tus necesidades.

Julita Fernández Arranz

Matrona HGU Gregorio Marañón

http://www.aquanatal.es