Los monitores (registro cardiotocográfico) son un procedimiento no invasivo muy utilizado entre las embarazadas, por lo que es un tema que merece atención.
Cuando hablamos de embarazo de bajo riesgo o sin complicaciones, podemos decir de forma general que los monitores, dependiendo del área sanitaria y sus protocolos pueden realizarse a partir de la semana 40-41. Vuestra matrona de referencia os explicará cómo y cuándo tenéis que acudir a esa primera visita y, una vez allí, os irán citando regularmente según criterio facultativo. Habrá embarazadas que no lleguen a ir a la consulta de monitores al ponerse de parto antes de esa fecha, es decir, antes de la semana 40-41, y las habrá que cumpliendo esta fecha tendrán que acudir de forma periódica hasta que se produzca el parto.
Es importante que cuando vayáis a haceros un monitor, lo hagáis bien desayunadas. Esto es algo en lo que vuestra matrona de primaria os hará mucho hincapié.
Una vez llegados al punto de visitar la sala de monitores en la que la matrona os realizará este procedimiento, os encontraréis con los famosos aparatos que utilizamos para medir dos parámetros:
- La dinámica uterina o contracción.
- La frecuencia cardíaca fetal o latido fetal.
Estos parámetros son medidos a través de lo que llamamos transductores, dos utensilios que se colocan, uno en la parte alta del abdomen (fondo o cuernos uterinos), y otro en la parte baja del abdomen, bien en la zona central por encima del pubis o en los laterales, dependiendo de cómo esté colocado el dorso fetal (punto de referencia para poder escuchar el corazón del feto). Para saber dónde está colocado el dorso fetal, puede ser que la matrona palpe el abdomen, realizando lo que se llama las maniobras de Leopold, que es una práctica para obtener información sobre la estática del feto, lo que nos permite localizar su dorso tal y como muestra la siguiente imagen:
Una vez delimitado el fondo uterino y el dorso fetal, se colocan los transductores en el punto de referencia. El transductor fetal precisa, además, un gel para poder captar y transmitir el latido fetal. Una vez colocado ambos captores, la información recogida de las contracciones y del latido quedarán registradas en una gráfica en la que se podrá ver tanto la información sobre la frecuencia, la intensidad y la duración de las contracciones si las hubiera, como las variaciones del latido fetal que nos permiten observar el bienestar fetal.
Durante el procedimiento, la matrona estará vigilando el registro para alertar ante cualquier anomalía que observe. Una vez terminada la consulta, se retirarán los transductores y el gel sobrante y se pasará a valorar toda la información recabada (junto con el facultativo) para dar o no una nueva cita.
Aprovecha la consulta para preguntar todas las dudas que tengas, y si aún así te queda alguna más, consulta con tu matrona de área.
Raquel Herrero, matrona de Atención Especializada del Departamento de Salud de Alicante (San Juan).