«Mi decisión, mi cuerpo, mi bebé» es el lema de la Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetados que se celebra esta tercera semana de mayo. El título lo dice todo. La mujer es dueña de su proceso de embarazo y parto tanto como lo es de su cuerpo y de su hijo o hija. Es ese empoderamiento de las mujeres el que se hace esencial para enfocar los cuidados basados en el respeto de este momento sagrado en la vida de un ser humano, su nacimiento, porque el parto de cada mujer es el nacimiento de un nuevo ser y el renacer de una familia.
Un parto y un nacimiento respetado es aquel que reconoce el poder de dar vida y alumbrarla, un poder que es inherente a la condición de ser mujer. Un parto respetado reconoce la fisiología del proceso y la acompaña sin entorpecerlo, observando sus tiempos biológicos distintos para cada mujer y su criatura; es aquel en el que se trata de evitar todo tipo de prácticas invasivas e innecesarias; es aquel en el que la mujer participa en la toma de decisiones y es acompañada por la persona que ella elija. El nacimiento respetuoso promueve que la criatura sana —desde el minuto cero— esté con su madre sin interrupción, para así favorecer prácticas tan beneficiosas e innatas como el piel con piel o la lactancia materna.
El parto y el nacimiento respetado también es aquel en que, cuando es necesario, se interviene con respeto. Aquel que, aún saliendo de los patrones de normalidad cuando aparecen complicaciones, se maneja proporcionando información adecuada y acompañamiento con empatía, porque el respeto al momento del nacimiento trasciende las circunstancias, descansa en la actitud profesional.
En España hemos dado grandes pasos hacia esta dirección, pero todavía tenemos mucho camino por delante. En este viaje las matronas, como personal sanitario en cuyas competencias se encuentran todos los aspectos contemplados en el parto normal, tienen un puesto privilegiado al lado de las mujeres. Su acompañamiento en ese momento —proporcionando los cuidados de calidad necesarios, acompañando con calidez a la mujer y a su acompañante, o siendo su apoyo cuando la realidad no coincide con lo que ella imaginó— es de vital importancia. Y ya no sólo en el mismo trabajo de parto, en el proceso de empoderamiento de la mujer que se gesta junto al embarazo, la matrona es la piedra angular al estar a disposición de la mujer y su pareja para facilitar los conocimientos que puedan necesitar, al asegurarse de que tengan la evidencia científica adecuada y al solventar las posibles dudas que puedan surgir de los mismos.
Esta semana se invita a todos aquellos profesionales y asociaciones implicados en hacer del parto y el nacimiento un proceso respetado a realizar actividades que lo hagan visible en la sociedad.
Desde la FAME nuestro compromiso es claro y contundente. Toda mujer tiene derecho a tener un parto respetado. Toda criatura tiene derecho a tener el mejor nacimiento posible, y eso implica un nacimiento respetado. Como profesionales, tenemos el deber de proporcionar ese respeto a la mujer, su pareja y su criatura para que la experiencia del nacimiento sea satisfactoria y gratificante.
La FAME tiene un compromiso pleno, tanto con las mujeres como con las matronas, para promover que cada parto y cada nacimiento sean vivencias acompañadas desde la profesionalidad y el respeto.