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El blog de la FAME


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Vinculados: El vínculo afectivo con vuestro hijo

¿Qué es el vínculo afectivo?

Según la RAE, vínculo significa unión o atadura de una persona o cosa contra otra, por lo que entendemos que vínculo afectivo es la unión afectiva que tenemos con otra persona, a raíz de algún tipo de relación, y que es significativa para nosotros.

¿Qué importancia tiene?

Las investigaciones indican que un vínculo afectivo seguro entre los padres y el niño/a durante la infancia influye en su capacidad para establecer relaciones sanas a lo largo de su vida. La baja autoestima, la vulnerabilidad al estrés y los problemas en las relaciones sociales están asociados con lazos afectivos poco sólidos. Si las experiencias en ese sentido han sido negativas y graves, el ser humano es más propenso a desarrollar trastornos psicopatológicos.

Durante el embarazo

El vínculo afectivo con el bebé puede empezarse a crear durante el embarazo. El proceso psicológico que prepara para el amor maternal y paternal se realiza en estos meses de querer al “bebé imaginado”.

Se ha descubierto que antes de nacer el bebé es un individuo profundamente sensible que establece relación intensa con sus padres y con el mundo externo. Docenas de estudios realizados en universidades y hospitales demuestran que, ya en el útero, los niños pueden ver, oír y sentir.

En los últimos años, los investigadores han usado también los nuevos conocimientos para idear una serie de técnicas específicas y eficaces que ayudan a los padres a comunicarse con el bebé que esperan, ayudándoles, además, a resolver sus propios conflictos emocionales. Algunos ejemplos de estas técnicas son: escribir un diario, interpretar los sueños, la relajación profunda, la visualización, escuchar música, dialogar con la pareja, la repetición de afirmaciones, la estimulación táctil, la estimulación verbal, dibujar, la respiración rítmica, etc.

No te preocupes ni te agobies por llevar a cabo al pie de la letra todos estos ejercicios, ya que la mejor forma de favorecer dicho vínculo la obtendrás de tu propio instinto. De todas maneras, muchas de estas técnicas se pueden aprender y poner en práctica en las clases de educación maternal que imparte tu matrona. No dudes en preguntarle, la matrona os puede ayudar a favorecer esta unión.

Tras el nacimiento

Una vez el bebé nace hay que continuar creando el vínculo con ese niño real, no el imaginado. Muchas madres describen ese primer momento como un momento de felicidad plena; el parto desencadena un aumento de la hormona oxitocina, que corre como amor por las venas e influye en el comportamiento de la madre con su bebé. Este, durante una hora, permanece en un estado de alerta tranquila: acurrucado sobre la madre, escuchando el sonido reconfortante de su corazón, chupeteando el pezón y mirándole fijamente a los ojos —esa mirada hace que las madres sientan la necesidad de no querer separarse jamás de su hijo.

Para fomentar el vínculo en este momento, comunicaos con él, habladle, acariciadle, etc. Fomenta el contacto piel con piel con tu bebé o, si tú no puedes, que lo haga tu pareja; esta postura tan gratificante favorece el lazo afectivo y además ayuda a que el recién nacido no pierda calor. Podéis hablar con la matrona que os acompaña durante el parto de vuestro deseo de respetar este primer contacto piel con piel inmediato con el recién nacido, intentando que sea el máximo tiempo posible o el que permitan las circunstancias. Además, la lactancia materna tiene entre una de sus numerosas ventajas el favorecer este vínculo.

Sin embargo, hay también algunas madres que no pueden vincularse al bebé en ese momento: un parto con complicaciones, una cesárea, etc., pero no hay que pensar que ha pasado su oportunidad, ya que el vínculo afectivo es una relación que se construye durante meses e incluso años.

El vínculo afectivo con el bebé

Los masajes, así como la natación infantil, entre otras, son vías que favorecen no solo al desarrollo físico y mental de los más pequeños, sino que también estimulan la comunicación del bebé con sus padres. Aunque algunas veces te parezca que el bebé sea una criatura apática y pasiva, si lo tocas te responde; si lo observas, notarás que te contesta con un chillido, con un gesto de bienestar, e incluso con alguna sonrisa.

El masaje al bebé como forma de comunicación y tiempo compartido es ideal para continuar este vínculo. La matrona puede ayudaros a aprender a realizar este masaje y otras maneras de fomentar ese lazo en las clases de posparto.


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Cómo superar el puerperio y no rendirse en el intento

La FAME quiere ayudar a las mujeres y hombres que inician la experiencia de la maternidad/paternidad a reflexionar sobre la nueva situación, intentando desmitificar algunas de las creencias sobre esta nueva etapa de la vida. Para ello ha publicado Cómo superar el puerperio y no rendirse en el intento.

Normalmente, el nacimiento de una criatura genera en las madres y padres toda una serie de sentimientos, emociones, así como la sensación de no poder superar esta situación, especialmente cuando es la primera vez que se pasa por esta experiencia.

El embarazo es un período de cambios, y el parto suele ser el momento más esperado, pero nada que ver con la nueva situación después del nacimiento de la criatura. Se trata de una situación nueva y, aunque generalmente deseada, desconcierta, implica nuevas responsabilidades y la capacidad de no perder en ningún momento el buen humor para afrontarla.

No existe una receta exacta para superar el puerperio pero algunos consejos, reflexiones y propuestas que se proporcionan en esta publicación sin duda contribuirán a ayudar a prever mejor esta situación después del parto.

Aquí dejamos algunos de los consejos que verás ampliados el en librito que encontrarás más abajo:

  • Comunícate de forma positiva con las personas de tu entorno más cercano, intenta establecer prioridades en las rutinas cotidianas, pide la ayuda que necesites tanto a tu entorno como a tu matrona, y sigue un ritmo vital adaptado a las nuevas  necesidades, sin exigencias ni presiones.
  • No hay madres ni padres perfectos.
  • Durante este periodo pueden aparecer sentimientos ambivalentes, a veces nos sentimos increíblemente felices y otras tristes, o incluso incapaces de superar la situación.
  • No te exijas. Este, como todos los cambios importantes de nuestra vida, necesita tiempo, cuidado, sostén y acompañamiento. Tu vida, tu rutina, tu cuerpo, tus horarios y tus emociones estarán patas arriba durante un tiempo. Pero, poco a poco, iréis recobrando la serenidad y la confianza en vuestro nuevo rol.
  • El padre también puede sentirse algo desorientado en cuanto a lo que se espera de él. El tiempo y la comunicación con la pareja harán que las piezas del nuevo puzle encuentren su sitio.

Si  realmente quieres no rendirte en el puerperio y saber más sobre la vuelta a casa, las relaciones sexuales durante este período, cómo descansar cuando una criatura parece que no duerme nunca, las claves de la lactancia materna o lo que también les ha pasado por la cabeza a otras personas que han vivido una situación parecida, descárgate y comparte esta publicación: